sábado, 3 de enero de 2009

Lapso para amar

Esta es la historia de un tipo fácilmente salido de la película "Los Amantes del círculo polar".

Se podría decir que fue capaz de traspasar fronteras arrojado por una eterna ilusión propia también del "Amor en los tiempos del cólera" de Gabo. Quien escribe lo conoció durante su niñez. Eramos los patas del barrio, los mataperros de la cuadra, aquellos que compartían juegos, peloteras y travesuras.

Por aquel tiempo de mi adolescencia conocí a una niña. Era la guapetona de la calle a punto de brotar cual flor ante la mirada inocente la verdad de gente como yo y lasciva de otras personas que naturalmente ya la veían con otros ojos.

Bien sabido era que estaba enganchado de ella. Toda la cuadra, es decir todos mis amigos y algunos otros sabían de mi platónico amorío. Entre quienes compartían mi interés estaba el personaje principal de esta historia: HyZ.

Nunca lo supe sino hasta años recientes. HyZ estaba tan interesado como yo de ella. Nunca me lo dijo. Mantuvo su querencia en silencio casi perpetuo, por lo menos de mí, a quien recomendaba o aconsejaba sobre la manera o formas de llegar a tener su cariño.

Estamos hablando de chicos que se enamoran, repito de forma platónica y si bien fui correspondido, nuestro amorío no pasó de algunos besitos y otros besos.

Tiempo después ella terminó la relación luego de un viaje a Iquitos en donde aparentemente se relacionó con algun niño charapa. Yo tardé en tener otra relación, mientras ella era asediada por lo guapa que resultaba en una zona donde a decir verdad no abundaban las beldades.

Sumó algunos pretendientes o enamorados hasta que alguno fue más allá y de hecho que lo hizo porque llegó a casarse con ella luego de asegurarla, es decir, la embarazó. Acto seguido se fue a Estados Unidos y tiempo después se la llevó.

De ella no tuvimos noticias en el barrio salvo por su hermana, siendo ella poco allegada, se contaba con escasa información. Así que casi todos nos olvidamos de su vida.

Pero bueno, casi todos, porque la verdad HyZ fue el único quien le siguió el rastro pese a todo.

Y digo que pese a todo porque él también se casó. Tuvo sus hijos varios con su mujer. Su trabajo era complicado, se dedicaba a embarcarse en barcos que surcaban los oceános en largas travesías que lo traían de retorno a su casa cada dos años.

Ganaba muy bien cocinando para la tripulación y cuando llegaba al Callao entregaba buena parte de su dinero a sus hijos y a su mujer. El dinero no lo es todo y su mujer, valgan verdades, tenía muy buenas ofertas para cometer adulterio. Alguna vez cedió a la tentación, teniendo al esposo a kilómetros de distancia, nadie lo iba a notar, aunque hay quienes piensan que uno de los hijos de HyZ no lleva su sangre.

Lo cierto es que HyZ también despilfarraba gran parte de su dinero en putas y farras que lo embriagaban por varios días a su llegada al Perú, práctica que era común en él cuando llegaba a cualquier puerto del mundo.

Como decía HyZ sí mantuvo contacto con ella, la niña de mi adolescencia. La verdad nadie se explica cómo, pero pudo tener el teléfono de ella en EE.UU.

HyZ pudo visitarla en el momento oportuno, ella se había separado de su marido, por tanto las condiciones estaban dadas. El encuentro se concretó y HyZ fue correspondido. Habían pasado tantos años y había tenido que recorrer kilómetros de distancia para consumar un sueño que mantuvo en silencio.

HyZ le contó a un amigo en común que fue correspondido, cómo lo hizo?, sólo él lo sabe. Cuenta que pretendió quedarse en Norteamérica, pero sus obligaciones laborales y el nuevo embarazo de su mujer en el Perú quebrantaron sus sueños.

HyZ se quitó la espina y pudo estar con la mujer que la ilusionó cuando era una niña, aunque haya sido en un momento breve pero preciso.

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