viernes, 21 de noviembre de 2008

Sólo Jorgito habla de Perú 21

Cuando el congresista Jorge del Castillo trae a colación una serie de hechos en los que el ex presidente Alejandro Toledo puso en evidencia su torpe influencia sobre los medios de comunicación, solo intenta justificar lo injustificable.

Entiende del Castillo que de esa forma diremos los demás "efectivamente ¡qué más presión ejercida por el poder político que el utilizado en tiempos de la chakana!".

El mal de muchos es el consuelo de los tontos sin duda, y es que en el actual gobierno aprista se acaba de perpetrar un despido que quebranta nuestra frágil libertad de expresión. El despido del fundador de Peru 21 no hace sino confirmar esa condición de debilidad en el que no valen argumentos periodísticos acordes al manual de ética del diario más respetado y antiguo del país.

Olvidamos que aquí prima el cuánto ganas cuánto vales adaptable en este caso a un "cuánto espero ganar por tanto no me vale tenerte".

La penosa situación en la que nos deja el atropello cometido contra Augusto Alvarez Rodrich me recuerda una breve anécdota ocurrida en el espacio periodístico en el que laboro. Alguna vez tuve la oportunidad de entrevistar a Jorge del Castillo en d6a9 por Canal N cuando era Presidente del Consejo de Ministros. Al ex Jefe del Gabinete no le gustó que no le diera la razón en una de sus afirmaciones. Culminada la entrevista continuó replicandome y tratando de hacerme entender que su razonamiento era válido. Específicamente no recuerdo el tema.

Lo que sí recuerdo es que le dijo a mi productor: " tu presentador sólo lee Perú 21!". Es evidente que para Del Castillo, y muchos del entorno gubernamental, el citado diario era una piedra en el zapato. Entre cejas lo tenían cual García tratando de darle en el quetejede al pobre de Lora.

Aquí no hubo escopeta de dos cañones.

Finalmente dieron el zapatazo.

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