Apoyemos la huelga de jugadores!

Huelga decir que la huelga puede ser una buena medida, pero no la única ni la última para revertir el vergonzoso estado en el que nos encontramos.
Hace rato que personalmente quedé desengañado del futbol peruano. No ganamos nada. Lo del Cienciano? fue la última Coca Cola del desierto. A nivel de clubes somos nada. A nivel de selección estamos primeros volteando la tabla.
Y la verdad nunca hemos sido nada en futbol. Mas bien hemos vivido de mentiras super alimentadas por cronistas o periodistas deportivos que exageran cual narrador de un aburrido partido de futbol que suena emocionante por el relato.
Cierto, no acaba la crisis con la salida de Manuel Burga, pero la verdad, AYUDA.
El señor está desacreditado hace rato. Aunque no es el único que debería irse, Burga representa lo que generalmente terminan haciendo nuestros dirigentes, aprovecharse de una actividad lucrativa antes que abonar en favor de ella.
Requerimos de dirigentes profesionales que se proyecten y que desechen un pasado nada glorioso y mas bien plagado de escandalos como chupetas madrugadoras, encuentros y desencuentros con vedettes, partidos con resultados abultadísimos, "echadas" y "coimeadas" evidentes, mafias dirigenciales y actitudes extradeportivas, "cabeceadas" no precisamente con el balón y otras largas perlas.
Y de triunfos deportivos ? casi nada. Sin embargo, los aficionados estamos ahí fiel al castigo observando aburridos partidos que resultan más llamativas por el espectáculo que se muestra fuera de la cancha.
Ante todo lo dicho creo que cae de maduro una convocatoria a una huelga de espectadores. Pero puede ser posible si una multitud fue a ver el vergonzoso desempeño de nuestra selección jugando las eliminatorias con Chile?
Complicado.
Pero por favor alguien haga algo!!!.
Me encanta ver el futbol italiano, inglés o español, pero cuando tendré las ganas por ver futbol peruano?, no el de antes que nunca fue, no el de ahora que tampoco lo será, sino uno que cambie la historia de derrotas, decepciones y puras verguenzas, ajenas y propias.